¿Qué es un Sistema?

Las Constelaciones Familiares son el tipo más conocido y con el que se trabaja más a menudo.

Podemos considerar un sistema como una entidad: el individuo, el equipo, la empresa, la institución, la nación el planeta… son sistemas, entidades con motivaciones, con prioridades, con funciones, necesidades, valores, una historia incluso con emociones que les son propias.

Cada sistema tiene su propio potencial de energía y todo lo que afecta al sistema le resta energía. Un sistema debilitado disfunciona y desarrolla síntomas patológicos en los “órganos” que lo componen  empezando por los más débiles. Cuando se respeta (o restablece)  el equilibrio en el sistema, la energía circula y se renueva, los “órganos” funcionan sanamente: Si un sistema esta en equilibrio todo lo que forma parte de él se encuentra beneficiado.

Todo sistema es un organismo vivo

Todo sistema está constituido por un conjunto de subsistemas; por ejemplo, para el cuerpo humano: sistema digestivo, cardiovascular, respiratorio, inmunitario, hormonal, sistema de pensamiento, de gestión de las emociones… Después un sistema (cuerpo humano, equipo, empresa, familia, nación…) está en interacción constante con otros sistemas de su entorno: interacción entre naciones o entre miembros de una familia o de cualquier otro grupo: una reunión de amigos, una clase en el colegio, un club de cualquier tipo, etc.

Todo sistema obedece a un mismo conjunto de principios.

Conocer estos principios permite adquirir una visión más amplia de las situaciones con un capacidad mayor de perspectiva que desemboca en una visión más objetiva, con la posibilidad de tener en cuenta el mayor número posible de elementos que componen  cualquier situación, en lugar de focalizar sobre el último elemento y proceder a soluciones inadecuadas.

En todo sistema, el síntoma, el problema funcional, puede ser la parte aparente de un problema más extenso y tratar el síntoma puede ser totalmente ineficaz. Más vale tratar el origen, e incluso prevenir la aparición de síntomas. Sabemos por ejemplo que una racha de críticas del personal hacia la dirección a propósito de un detalle puede revelar una frustración instalada… que hubiese podido desactivarse con una comunicación más apropiada.

Se trata pues de pasar de una consciencia individual focalizada a una consciencia globalizantes amplia, de volverse de más en más receptivos a los movimientos del conjunto de los sistemas a los que pertenecemos y sensibles a los movimientos y juegos que operan las fuerzas  del momento.

El individuo  no puede funcionar de forma aislada.

Nuestros tiempos se caracterizan por una interdependencia  cada vez mayor, Los alimentos vienen a menudo de un lugar lejano al que vivimos, nuestras camisas son fabricadas en  India, los televisores compuestos en Corea del Sur, cualquier índice económico americano tiene la capacidad de afectar inmediatamente al mundo entero…

Esto significa que el planeta se ha vuelto un sistema global de más en más sensible y reactivo sobre el cual cada individuo no tiene más que un peso reducido. Paradójicamente aquel que decide asumir plenamente su vida debe sentirse responsable de su vida propia, no puede hacer responsables a los demás ni al sistema. De sus dificultades. ¿Cómo resolver esta paradoja? Yo me sitúo en responsable, (o no), y no impongo nada a los demás a los que no se posicionan de la misma manera. De esto trata el estudio de la ley de los sistemas.

Tenemos en el espíritu la necesaria mutación de las mentalidades en el mundo del trabajo con una perspectiva de evolución verdaderamente humana… Para el bien del sistema y de los individuos que lo componen.

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